martes, 28 de abril de 2009

¡Que le corten la cabeza!


¿Cómo no desearlo? Es delicioso ver tu cabeza rodando por el suelo. Y que me eches una última mirada llena de culpa. Desde el suelo. Debe sentirse mal estar ahí abajo. Tú te lo buscaste, pues ahora no llores, porque ya elegiste. Y yo ya hice la orden. Si pudiese cortarte otra cosa, créeme que lo haría. Pero eso ya sería macabro. Me conformo con tu cabeza... por ahora.

1 comentario:

  1. no vale la pena verlo cortar otra cosa, creo que ya ha llorado la suficiente,

    te juro qe me encanto todo lo que escribiste, se nota que estas muy inspirada :)

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