jueves, 30 de abril de 2009

Capitulo 2: Una visita a la confiteria


Habían pasado ya varios días desde que había conocido a aquel muchacho en el parque. Todos los días al salir y al llegar a su casa miraba hacia la confitería donde él trabajaba, por si el destino hacía que se asomara, pero nunca pasaba nada.
Así pasaban los días y Magda seguía soñando con el joven que había captado su atención por completo. Soñaba en colores y con olor a dulces. Soñaba con la suavidad del algodón de azúcar y el perfume de la goma de mascar dando vueltas. Soñaba que nadaban en océanos dulces de colores múltiples; rojo, amarillo, fucsia, calipso, verde, naranjo, caramelo; miles de colores y sabores. Soñaba que atravesaban todo eso juntos, y que reían y eran tan felices como podían.
Una tarde que llegaba de la escuela con su madre, se atrevió a decir:
- Me gustaría ir a la confitería a comprarme una paleta
- Ahora? - Preguntó su madre
- Sí, puedo?
- Mm.. Sí, por supuesto, anda mientras yo subo con las cosas. Toma aquí tienes unas monedas. Cuidado al cruzar.
- Gracias - Gritó emocionada Magda mientras se alejaba hacia la tienda
Cuando llegó a la puerta de la confitería la inundó un agradable aroma, una mezcla de regaliz con goma de mascar, y buscó rápidamente con la mirada al apuesto joven.
Su corazón dio un brinco.
El joven estaba tras ordenando los estantes que se hallaban frente a ella. Él no la había visto entrar.
- Hola! - Le dijo la niña no cabiendo en sí de alegría.
El muchacho reconoció inmediatamente la voz de la pequeña y se dio vuelta.
- Hola!! Viniste a visitarme!
- Sí - Respondió balanceandose sobre su eje.
- Y vas a querer algo?
- Sí, quiero.. - Y se detuvo a pensar que a lo mejor si pedía una paleta parecería muy infantil - Quiero regaliz rojo porfavor
- En seguida - Dijo el muchacho y comenzó a echar en un cartucho la golosina - Así está bien?
- Sí, gracias - Dijo y le pasó las monedas
- Aquí tienes tu regaliz y tu cambio
- Gracias. Sabes que cuando yo tenga 18 años tú tendrás 26? - Estalló de pronto la niña
- Jajaja, sí lo sé, porqué lo dices?
- Ahm.. No, por nada - Dijo ruborizada - Me tengo que ir. Gracias por todo. Adiós! - Y salió corriendo de la tienda
- Adiós.. - Murmuró extrañado el joven.
Magda llegó muy acelerada a su casa, pero trató de disimular frente a su familia.
Durante la cena no hizo otra cosa que pensar en lo estúpido que había sido haber dicho eso. Terminó lo más rápido que pudo, se despidió de todos y se encerró en su cuarto a comer el regaliz que Ander había cogido para ella, mientras repasaba mentalmente cada segundo de la visita.
Esa noche Magda soñó en colores aún más intensos.

oink oink


El día domingo antepasado desperté con un dolor en todo mi cuerpo, y pensé de inmediato "GRIPE". Me tomé un panadol, me comí una naranja y a la hora de almuerzo comí muchas ensaladas con mucho limón. Y después de almorzar me recosté "un rato" porque tenía que salir a croquear. Me quedé profundamente dormida y no hubo fuerza humana que me moviera de la cama, hasta la hora de once. En la noche comenzé a sentirme afiebrada. Y al día siguiente ya era un bulto andante. El diagnóstico del amable doctor, aparentemente cubano, que vino a verme de la Coronaria, fue un cuadro viral, gripe, y me recetó Panadol y mucho líquido. Durante varios días, gran parte de mi dieta se convirtió en agua (mineral y pectorante), miel con limón, atún, jalea, quesillo, en fín, todas cosas blandas y frescas. La fiebre se fue de a poco, costó, pero se fue. y ya sólo quedaba el dolor de cuerpo y una tos insoportable que se había alojado en mi cuerpo, y que aún sigue ahí la maldita. El día de ayer fui a ver a una doctora BRONCOPULMONAR por la molestia en mi pecho, cansancio al caminar dos miserables pasos, tos, etc. Me dijo que tenía una obstrucción causada por la gripe que tuve y me recetó un comprimido GIGANTE para la infección (Esto después de ver el "color de mi escupo" xD) y dos inhalaciones con el tan conocido PUFF PUFF cada 8 hrs. Y encima tengo que hacermelas con una aerocamara (Esa cosa grande de la foto xD).
Carísima la gracia. Como para volverse a enfermar. Y sin mencionar lo mucho que DETESTO meterme en una farmacia.
Por cierto, dijo que la doctora que estaban exagerando con lo de la gripe porcina, pero igual cuidense, no les vaya a salir cola de chancho :)

adiós!


k.

miércoles, 29 de abril de 2009

Capitulo 1: Encuentro en el parque


Magdalena jugaba tranquila en el parque frente a su casa. Jugaba alegremente; giraba en la rueda, saltaba la cuerda, o a veces sólo se recostaba sobre el césped a ver formas en las nubes.
No había muchos niños en el barrio, la escuela de Magda se encontraba en otro barrio y la mayoría de sus amigos vivían cerca de la escuela, así que Magda jugaba sola en el parque.
Una tarde que la niña observaba las nubes, un apuesto joven vestido de marinero se quedó mirándola. Ella comenzó a sentirse observada y se percató de la presencia del muchacho.
- Hola - Lo saludó incorporándose
- Hola
- ¿Hace cuanto que estás ahí parado?
- Un rato. ¿Cómo te llamas? - Le preguntó el joven
- Magdalena, ¿Y tú?
- Ander. ¿Y cuántos años tienes, pequeña? - Preguntó sonriendo
- Tengo 8 - Dijo con tono de orgullo la niña - ¿Y tú?
- Pues yo tengo 10 más - Dijo - Tengo 18
- ¿Y por qué llevas ese traje?
- Es que trabajo en una confitería y este es mi traje de trabajo, ¿A que es mono?
- Monísimo. - La niña estaba maravillada con aquel joven.
- Bueno guapa, me tengo que ir a trabajar. Mira, la tienda que ves en frente - Dijo mientras señalaba con el dedo - es mi trabajo, a ver si te pasas algún día, vale?
La niña asintió con la cabeza y se despidió del joven agitando la mano mientras él se alejaba.
Era un ser hermoso. Era el joven más apuesto que ella hubiese visto jamás. Y ese traje de marinero, ¿Que si era mono? ¡Por dios! ¡Vaya pregunta!
Magda se quedó toda la tarde mirando las nubes, y de vez en cuando miraba de reojo hacia la tienda, y cuando el cielo se tornaba de un color rosado como el algodón de azúcar, se fue a casa y soñó toda la noche con el joven apuesto.

martes, 28 de abril de 2009

¡Que le corten la cabeza!


¿Cómo no desearlo? Es delicioso ver tu cabeza rodando por el suelo. Y que me eches una última mirada llena de culpa. Desde el suelo. Debe sentirse mal estar ahí abajo. Tú te lo buscaste, pues ahora no llores, porque ya elegiste. Y yo ya hice la orden. Si pudiese cortarte otra cosa, créeme que lo haría. Pero eso ya sería macabro. Me conformo con tu cabeza... por ahora.

lunes, 27 de abril de 2009

Fuoco di vulcano ::


Esa pasión inagotable. No todos son capaces de entenderla, y muy pocos tienen el privilegio (o la mala suerte, depende) de vivirla en carne propia. Eso. Eso que sientes que te desgarra el corazón en mil pedazos pero te da vergüenza decirlo porque, claro, es una cursilería. Cuando amas con ESA pasión, con ese fuego, es muy difícil que no deje huella, imposible, creo yo, porque si no es bien encaminada, si no es correspondida, te quema por dentro, y arde, y te das cuenta de que estás vivo, pero duele, y entonces te preguntas porqué la vida tiene que ser así, y te enrrollas en una maraña de pensamientos y preguntas, y te pones muy mal, hasta que alguien te ofrece una palabra y te das cuenta que no eres el único, y que tienes a tus amigos, y puede que haya alguien de tu círculo capaz de entender esa pasión, entonces ya no duele tanto, porque el dolor se comparte, y si duele, pues no importa porque después de una botella de vodka o una ronda de tequilas ya no lo sientes... o aveces sí, y eso es peor.
Creo que nadie puede borrar el rastro de esa pasión, por más que lo intente, siempre permanece aunque a veces se disfrace o se intente ocultar. Muchas veces se disimula con rencor, pero eso más que eliminar el ardor, lo aviva, porque el rencor lo único que hace es recordarte que eso nunca llegó a ser.
Es terrible cuando sabes que pudo haber sido de otra forma, cuando sabes que si hubieses actuado de otra manera, si hubieses sido más valiente, si hubieras saltado sin mirar atrás, las cosas tal vez serían de otra forma, y no habría dolor, y serías feliz.
Y es terrible también cuando te preguntas ¿porqué no hizo más? y entonces te preguntas si en verdad quería eso tanto como tú.
Algo muere dentro de uno mismo cuando esa pasión no es correspondida, la pasión no muere, ojalá lo hiciera, muere algo más; muere parte de la capacidad de amar en plenitud. Ya nunca se ama como antes. Y no se ama a nadie igual que a esa persona.